Las Reglas y la Ética
El reglamento que regula el desenvolvimiento de un partido de improvisación permite un encuadre mínimo que tiende a evitar que el juego se hunda en un "abismo profundo", pero no regula todo. El comportamiento de los jugadores debe sustentarse en una ética común.
Las reglas a las cuales debe estar sujeto un Match de Impro deben evitar que el juego se hunda en "abismos profundos", pero no deben regular absolutamente todo.
Debe haber una base ética uniforme con respecto al comportamiento de los jugadores entre ellos.
Ciertas penalidades son objetivas y tienen que ver con transgresiones técnicas del reglamento: número de jugadores, procedimiento ilegal, accesorio ilegal, temas no respetado, y faltas en las categorías "sin palabras" o "silenciosa", etc. Otras, por el contrario, se basan en una interpretación subjetiva que debe quedar a juicio y discernimiento del árbitro.
Aunque el árbitro se de cuenta de abusos y bajezas que se cometan, no es bueno que se entrometa constantemente para aclarar la mala interpretación que hacen los jugadores del espíritu del juego. Éste juego tiene como sustento la libertad y la inteligencia; y, aunque la ley universal dice que la libertad de uno concluye donde empieza la del otro, muchas veces no es clara la linea que diferencia al juego de competencia sana y el juego vicioso. Ésta delgada linea divisoria la debe establecer el árbitro de acuerdo a su grado de tolerancia, pero los jugadores tienen una responsabilidad fundamental. Es habitual ver a jugadores desanimados luego de un partido en el cual han sufrido al ver su escritura cortada o porque se han visto obligados a una desviación de la improvisación debido a la llegada de otros jugadores. Allí está una de las claves: la intervención de los jugadores que se incorporan a la improvisación. Quizás muchos jugadores cuando comienzan una improvisación rivalizan resueltamente y tratan de llevar la historia para que se desarrolle de acuerdo a su idea, éste es un hecho sano, normal y que aporta al espectáculo. Pero cuando la escena de repente vuelca su protagonismo hacia un jugador que arriba recientemente a la improvisación, es difícil de entender para un jugador que ha construído la historia desde el principio y ya imagina un posible final...
La noción de "escucha comprometida" no tiene que limitarse al área de juego, tiene que ser considerada primordial en el mismo banco fuera de la pista. Debe escucharse absolutamente todo, hasta el mismo momento de saltar a la pista puede suceder que la historia es llevada hacia otro lado. Mientras se dialoga en el banco para preparar las posibles futuras situaciones se debe también estar en situación de escucha.
El arribo de nuevos jugadores a la improvisación es uno de los aspectos más delicados del juego y debe definirse y respetarse una única ética éntre los mismos jugadores. Únicamente entre ellos se puede trazar la linea que divide "aporte al juego" y "agresión". No se debe crear un dogma, pero sí debe haber en cada jugador un constante cuestionamiento positivo. No se le puede exigir al árbitro que asuma el papel de "Padre Castrador".